2010. Propósito incial, perdido en la memoria. Declaración presente: La papelera y las mentiras..

 





















2010.

Era el año 2010 cuando escribí esto: "Empecé a escribir esto un viernes, por eso habría que empezar a leerlo desde el principio..."
Abrí este blog. Quería ser un diario. El diario de una hazaña. Se trataba de dejar constancia de cómo yo, Pablo Carmuño, pasaba por los días sin beber alcohol. Para alguien como yo esto sería el logro de su vida, alcanzar lo imposible. No creía en mí mismo, no creía que esto fuera posible, no sabía cómo hacerlo, quería hacerlo. No es que no quisiera dejar de beber alcohol, dejar de emborracharme, que para mí son dos acciones unidas, disueltas la una en la otra, vienen a ser lo mismo: si bebía, me emborrachaba; si no me emborrachaba era que no bebía alcohol. Aquel año era como la veintiuna vez que me proponía dejar de beber alcohol. Después de un episodio desastroso, de mis borracheras y desmanes desproporcionados, siempre quería vivir sin problemas, vivir sin emborrachar, vivir, por tanto, sin beber alcohol. Y este blog iba a ser la constatación de que lo conseguía. Al mismo tiempo, escribiendo cada cosa que me pasara, podría analizar sobre ello y sobre mis actitudes, asegurarme de tomar las decisiones correctas. Estaba dispuesto. Pronto, dejé de lado la idea. Todo me había salido mal, había vuelto a emborracharme. Y esto sucedió año tras año. Empezaba este blog y, al poco tiempo, lo desestimaba: me había salido mal. 


2011.

Al año siguiente quise titularlo "Querida Milagros". Pensé en mi amiga Milagros. Suponiendo que ella le gustaría leer que yo lo había conseguido, lo empecé a escribir de nuevo. Querida Milagros, te gustará saber que llevo tantos días sin consumir alcohol ni otras drogas... Pronto, dejé esta idea otra vez. 

Han tenido que pasar nueve largísimos años. Nueve veces intenté escribir en este blog y nueve veces deseché la idea por mi fracaso. Casi todos iguales. Únicamente ahora puedo escribir aquí. Únicamente ahora, llevo sin beber alcohol desde el 26 de abril, y estamos a 6 de agosto.


Pasaron siete años. 


En marzo de 2018... 

Ahora sé que no todo fueron fracasos. Tuve que llegar aquí para poder hacerlo, tuve que pasar por todas esas pruebas. No hubiera tenido que ser necesario, tendría que haber bastado con saber que soy alcohólico para vivir en consecuencia, sin beber alcohol. Pero lo sé desde que tenía diecinueve o veinte años. Sólo a los cincuenta y uno he podido superarlo. 




Pablo LM. Pablo LM Recio Camuñas de la Vega.

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Ayer no existe ya, mañana no existe aún.




La Papelera y las Mentiras.


Esta es mi papelera.

Un escritor se define a sí mismo por lo que envía a su papelera para que no sea leído.

Un mal escritor, (entre los que me encuentro: decía ¿Uceda? que para escribir bien hay que pensar bien, y yo no sé pensar adecuadamente) se define porque cree que cualquier nimiedad inocente y torpe que ha escrito le hace merecedor del premio Nobel, y que cualquier anécdota que a él (o ell) le interesa supremamente, sin pararse a ver la razones, a cualquier otro humano le interesaría lo mismo, y que leyendo esas escasas y tópicas palabras podría trasportarse al maravilloso mundo que vive en la cabeza del mal escritor.

Tengo un amigo, Madaleno, que tiene una editorial... 

Si quieres conocer a alguien, mira en su papelera, en su cubo de la basura.

Saber más de la cuenta. Esa mierda. Saber aquello que no deberías saber...
Miré el monedero de aquella chica antes de hablar con ella. Necesitaba dinero.

Derecho a mentir.

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