Serie R. TP. Cap. 14. La noche se agita (y derrama).

es curioso mirar los paquetes sin abrir que se van quedando
atrás. Los pájaros pasan sin reparar en nosotros.
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Poemas
1984
1.
LA NOCHE SE AGITA
__________________________________________________________________________________________________HUIR donde la noche es día.
No sé cuáles son mis sentimientos
Encuéntralos donde la noche nos derrama, se agita.
Declaración de amor
Onicofagia
Mis aficiones no se acostumbran
a la facilidad de no escuchar tu respiración.
Antes de que amanezca,
echaré abajo las columnas de humo
que sustentan mi indecisión. Las ventanas
de esta habitación, sujetas con tachuelas,
cambiarán cada noche de lugar. Mis ventanas
imposibles, como un charco en el aire,
miran al nunca más y tiemblan.
Nunca más te daré mi sombra,
mi trozo de naturaleza, mi bocado,
mi insurrección. Ahora todo se hace sombra
delicada y humilde. La sombra, todo perfil acepta.
Todo es liviano y pequeño. Sencillo.
No seré, al amanecer, nada.
Mis amigos son estatuas que perdieron su teatro;
ellos se ocuparán de tu emoción al respirar.
En unas horas mudas decidiré por ti y por mí.
Esta tristeza se enfilará y
los reflejos de esta noche encharcada
embarcarán en la mañana
que te vio partir.
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primera flor. ADELFA BLANCA.
DESTINO
Voy caminando por un aire desencantado,
lleno de mustios destinos
El regazo de las hadas extraviadas me acoge.
Cierro los ojos, sin entender.
Voy caminando, sintiendo el dolor de mi sombra
desvanecerse entre la oscuridad de los arbustos
en un otoño salido de fútiles pinceles.
Voy sin saber quién soy.
Cuando la montaña esté cerca,
quiero que tu aliento sea,
más que nunca, mi ánimo.
Podrías ser tú mi pincel de otoño.
puedes ser el olor de las hojas
para mi lienzo de luz derramada.
Luz que al reflejarse derriba lenta y fiel
los caparazones del tedio,
que envuelven las solitarias estaciones de un año.
Quizás cuando la montaña llegue yo ya no esté aquí,
quizás no estoy ahora aunque crea estarlo,
quizás sea preso de un cristal oscuro,
quizás sea el futuro el dueño de todo esto.
Notas sobre el azaroso bienestar de las arañas.
Dentro de un sobrecillo de azúcar vacío
meto mi anillo. Gracias por su visita.
No: gracias a usted
por hincarme su navaja tan delicadamente.
Soy un ombre que perdió su hache:
y encontró su hamor inesperadamente.
En bares acondicionados se reúnen los honrados
junto a los románticos del ayer
y los desperdiciados. Todos sucumben al calor
interior de estos tiempos de zozobra
donde la protesta está mal vista, mal oída, mal hablada.
Olvidar las protestas, es lo que necesita
un ombre como yo. Me equivoqué en algo que no acierto
a recordar y por eso no puedo olvidarlo.
Jardines y entrañas mal cuidadas.
Fui como el campo, expuesto al sol y al agua,
como el río que corre y no necesita sentido alguno,
allí donde bebe el ciervo, donde cazó el lobo,
y donde duerme el lagarto, sin destrozos, sin motivos.
Escondido en mis rastrojos, el animal amigo,
jardinero de saltos, hace germinar semillas
y recuerdos gemebundos.
Desde la ribera de aquel río de antaño que yo fui,
el ahora seco regato que quiere llegar a la montaña que soy,
en un ahora de piedra, llegan las aves de los ojos cerámicos
a anidar en tu pelo.
Fui un bulbo enterrado que descansa de primaveras,
fui un ladrón feliz y retirado que solo precisa
de naturaleza. Y todo lo fui antes de llegar a esta casa
llena de destinos inciertos. Las luces de la ventana
esperan también, y reptan por la carretera vacía.
Los semáforos de las calles están marchitos,
rebaños estáticos de cristal donde las ondas rebotan.
¿Quién será el que tañe ese instrumento
estridente de lamentos? La sangre se va,
molinos de sangre mueve. Envejece este mundo intacto,
velado, que desemboca en un mar que no conoce.
Zorros muertos pinté en las aceras. Hoy
he decidido tirar mi casa al embalse que recogerá el agua
de la montaña, ahogar en la gran presa el futuro soluble ya pasado. Como pasó el tiempo por las fotografías,
sin que al niño captado le crecieran las uñas,
sin que el niño se hubiera movido, sin viento.
El tiempo es un tinte amarillo y mate.
Se sucedieron los viajes de vuelta, mas todos ellos
pasaron de largo, y el destino también pasó de largo.
Esta noche no amanece, todo está rendido
a algún mañana antiguo que se resiste a morir.
Queda todo así y todos conmigo
en el fondo de estas horas estancadas. Todos
mis animales embalsamados.
¿Me siento acaso engañado? Este tiempo no transcurrido
me dice que no era cuestión de tiempo,
y que nada ha de ser aclarado. No me moví de aquí,
mas ningún tren te ha traído a esta estación equivocada.
No desharé nunca esta maleta roja,
no ha habido lluvia, no existe el mar
si no eres marinero, ni amor ni otoño,
no se movieron los girasoles.
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Estaban vuestros retratos en los billetes
con que pagaron mi silencio,
con vuestra rúbrica debajo de una frase:
Quédate ahí, esperándote. No puedes ir
a ningún sitio. Tú solito descubrirás
que llevas las marcas de los perdidos.
Lo casual
Lo casual
Algún día tendré que explicar
el porqué de este poema.
Argumentaré que no cesaban
los sueños amarillos, gobernados
por alguien indefinido,
que surgieron circunstancias que ensuciaban
las palabras, que salaban la comida,
que anegaban el suelo. Y mis ojos inexpresivos
se llenaron de la imperceptible elegancia
de los dedos de los pies, y todo se me llenaba de palabras sucias.
Era mi poema abrillantador, mi poema desinfectador,
mi frasco de vitaminas. Pisaba tierra siempre extraña,
con zapatos cansados, con sombrero cansado,
con uñas transparentes y paredes blancas. Soy el inquilino
de este poema.
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__________________________________________________________________________________________________HUIR donde la noche es día.
No sé cuáles son mis sentimientos
Encuéntralos donde la noche nos derrama, se agita.
A TU ESPALDA
Si le das la vuelta al ladrillo,
verás una zanahoria.
Si le das la vuelta al burro,
te observará sonriente
desde el espejo de aire.
Si le das la vuelta a la nube,
te mojarás la planta de los pies.
Si le das la vuelta a tu coche,
humo será.
Si te das la vuelta,
te besaré.
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Sin que varíe el rumbo
del farol ni las espinas el sol
se muevan, contéstame:
¿Dónde ha ido la noche a vagar?
Esquilan las ovejas a los pastores
esta noche, no me atrevo a quebrar
este dormitante silencio,
el letargo de olvido mece
los ordenados setos que
nos protegen, las palabras
son tijeras,
florecen viejas letanías.
Los ladrones esperan noches así.
En otras noches de amapola
sonaban ecos del futuro
rebotando en los sueños aislados
de la ciudad, mas hoy nada suena,
nada se mueve...
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Un golpe de suerte
un milagro
un deseo concedido
el favor de los dioses amables
un secreto a voces
una estrella fugaz
mis pestañas
una buena noticia.
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Hay un amor
que me cuesta el odio.
Tal vez, en una tarde imprevista,
dibuje la melodía...
Tal vez todo esté fuera
de su lugar ideado.
Si alguna vez te quise de veras,
mi buena y pequeña libertad,
haz que me acerque a la muerte
sin la rabia líquida que ahora me ahoga,
haz que sólo lo que tiene vida
me dé vida a mí.
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Da miedo mirar los agujeros
que dejan las palabras.
Es muy malo comerse demasiadas palabras,
grítalas, quémalas, revuélvelas,
olvídalas.
Toda la ropa, todos los fuegos
dentro de un baúl, dentro del mar,
para tapar los agujeros que dejan
las vidas nuevas.
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LA NOCHE QUE NOS DERRAMABA
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ATARDECERES
Huele a yerbabuena,
los feriantes ínclitos y sucios vienen.
Huele a madreselva,
los bibliotecarios húmedos y ojerosos se van.
Cobradores de recibos,
estibadores del sueño flamenco y verde,
saladores de bañeras en espacios reducidos del cielo.
La inmensidad de este lugar reservado al trasiego,
sala de fumadores, al aire de la carretera.
Puertas parlantes que saludan amablemente,
vestíbulos a las afueras de mi ciudad,
donde todo el mundo va de paso.
Es lo bello que acaricia lo fácil,
es lo sucio que relame los colores.
La mañana fue una lavandera que ahora descansa,
los lamentos van camino del campanario,
y las farolas estiran su cuello como su fueran de humo.
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Buscaba un amor
y en tu ojito encontré una pista
la huella
tuve entonces envidia de las cosas
que se sienten abrazadas por tu mirada
que mis labios engolan
Noche
se quedan los nombres esperando a ser pronunciados
las huellas que el hombre deja
abren manantiales que sobreviven a cada ocaso.
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Tiempo al tiempo
Para dejar de soplarme el ombligo
Para que no escueza
Recital ambicioso de los coros invisibles
El ombligo, que emana lava, que escuece
En carne viva. Arde el misterio
En su propia oscuridad
No admite ser llamado X. Innominable
Disiente de sí mismo. Tenaz. Subversivo
Tozudo. Cínico. Frío al tacto.
Por el humo de mis cigarrillos
Por las dosis de mañana
Por las botellas que flotan, mares envenenados
Prometo apaciguar los restos del día
Infusiones de manzanilla para el volcán de mi ombligo
Para lo inalcanzable yo soy el cebo. Soy un fósil
Dándole tiempo al tiempo. Marcha atrás
Para sentir cómo el tiempo desciende
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