Serie Literatura. Cap. 11. Los maestros de mis maestros 2. Clásicos EEUU.
Este apartado está dedicado aquellos viejos maestros de los que aprendieron los autores que a mi me gusta leer.
Por ejemplo, a mí me gusta Heminway, aunque nunca he leído "París era una iesta" ni "El hombre y el mar" ni "Adios a las armas", llegué a él, porque leí a Vila-Matas. Así, Vila-Matas sería mi maestro (yo nunca he aprendido nada, por muy bueno que fuera el maestro, y nunca aprenderé, seré siempre un eterno aprendiz despistado, alguien que tiene "madera de", pero madera a la que nunca se la esculpe y da forma, caótico, balbuceante y como un leño, duro, en el que no entra ninguna lección); es decir, mi admirado autor (además del arte literario, lo que me atrae de esta gente es que, al leerlo, me parecen gente muy interesante, alguien con quien me gustaría charlar; buena gente, aún contando maldades) aprendió a escribir leyendo a Hemingway y yo aprendo a vivir (¿hay algo más allá de respirar?) leyendo al discípulo, que interpretando al clásico crea una obra distinta y propia. Los viejos maestros son aquellos a los que admiran los que yo admiro, la vieja guardia, gente del siglo XX, gente con su obra ya cerrada, vivos o ya sin existencia, como Heminway o el gran Delibes.
Por ejemplo, a mí me gusta Heminway, aunque nunca he leído "París era una iesta" ni "El hombre y el mar" ni "Adios a las armas", llegué a él, porque leí a Vila-Matas. Así, Vila-Matas sería mi maestro (yo nunca he aprendido nada, por muy bueno que fuera el maestro, y nunca aprenderé, seré siempre un eterno aprendiz despistado, alguien que tiene "madera de", pero madera a la que nunca se la esculpe y da forma, caótico, balbuceante y como un leño, duro, en el que no entra ninguna lección); es decir, mi admirado autor (además del arte literario, lo que me atrae de esta gente es que, al leerlo, me parecen gente muy interesante, alguien con quien me gustaría charlar; buena gente, aún contando maldades) aprendió a escribir leyendo a Hemingway y yo aprendo a vivir (¿hay algo más allá de respirar?) leyendo al discípulo, que interpretando al clásico crea una obra distinta y propia. Los viejos maestros son aquellos a los que admiran los que yo admiro, la vieja guardia, gente del siglo XX, gente con su obra ya cerrada, vivos o ya sin existencia, como Heminway o el gran Delibes.
HENRY JAMES.
Cuentos.
"Los amigos de mis amigos" y la doble lectura.
Usemos este ejemplo, junto a la novela de Christine..., "Un amor imposible", para lo que Jesús Ferrero llama "la doble lectura". Está una primera lectura literal, es para ella para la que el autor ha escrito, la que haría cualquier lector que se acercara al texto, sin previa disposición, sin análisis pormenorizado de las palabras, las procedimientos, las escenas o los recursos literarios. Alguien que ve, en su imaginación aquello que vee y que tiende a creerse las palabras.
Henry James es un maestro de este mecanismo en el que los fantasmas se confunden con los personajes "reales", se mezclan con ellos.
HEMINGWAY.-
LA generación Beat.
CHANDLER.
EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO.
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